14 de octubre de 2008


Sólo vivir para escribirte.

Sólo vivir para soñarte.

No vivir sin creer que el Sol

es la pupila del botón que parpadea

en tus vaqueros descosidos.

Breves labios rojos. Garganta, tarro de miel.

La luna de pecho de cobre, ufana desde su torre.

No vivir sin saber que tu mano

sembró el barro de mis tierras.

Tiznó la bóveda de mi cielo

y fecundó mi cosmos

de besos sangrantes.

Medias voces ciegas.

Ruiseñores ahumados...

¡Sólo vivir para pensarte!




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