6 de abril de 2012

El jardín de las mujeres desechables


Él caza en el jardín de las mujeres desechables. No quiere victorias decisivas. Miles de "cajas negras" exudan los infames olores de los jardines asolados. Todo precariedad, todo inestabilidad, todo vulnerabilidad. La glucosa, la consigna, es un "hasta que estemos satisfechos". La obsolescencia no existe, la derrota no existe, los vínculos no existen; las mujeres se pierden extrañamente en el campo, y él sigue cazando, economizando sus movimientos, pero progresando en su noche sin profecías. El desprendimiento es unilateral, y él es el agua que Tántalo quiere beber y se escapa por algún agujero invisible.

30 de marzo de 2012




Ella es la chica que sostiene la puerta a otras chicas que van más arregladas. Ella es la chica de nervios hirsutos; la que llega tarde por quedarse mirando una estatua de Luis Vives. La chica que apenas odia -en todo caso, la seriación- y se adorna -como tú- con cuadros de Karl Persson.

12 de marzo de 2012

Tiburón blanco (con ombligo)





Sobrevino la fecha de vencimiento, y ese día ella, seguidora de Moloc a pesar de tener los colmillos romos, estuvo más locuaz que nunca. Él, en cambio, habló poco y se mostró obtuso. Su amistad había sido de muy distinto mérito que cuantas amistades malditas les precedían. Un balance de los daños diría que a ella le había servido para alimentar su escepticismo atroz y a él para rebasar su natural austeridad de virgen, depreciar su sangre y fatigarse.

La separación vino con lágrimas sólo de él, que creía en la leyenda y la expiación.

Ella intentaba sacar música de hojas avaras y decía temer sólo al Tiburón Blanco. Alienaba los ojos-fisura con el horizonte. Lo rompió todo antes de que él pudiera afirmar que tuviera pulso. Él, con toda sinceridad de espíritu, se comprometió a devolverle una felicidad primitiva que no sabía si había perdido. Cayó en desgracia y ella le cesó en la obra devoradora. Asumió el papel final de atormentadora que ríe y de un soplo disipó los límites y los privilegios. ¡Fin!