
La sonrisa de aquellas chicas era la plena encarnación del depressive black metal, una oscura apertura de labios maquillados con estriado carmín negro y miles de fantasmas abatidos saliendo de sus dientes. Tenían las pestañas como curvos garfios de carbón y algunas de ellas habían echado mano de la sombra de ojos para esbozarse unas ojeras. Hablaban bajo, entretejiendo una red de palabras espectrales y alguna risa aislada, enferma, similar a la rotura de una lápida. Parecían clones mortecinos, con el pelo lacio enmarcándoles la cara como un sombrío sudario y el pecho apabullante a causa del corsé, nada disimulado bajo el manojo de cruces invertidas, anks, abalorios negros, y calaveras que colgaban de su cuello.
No tardaron mucho en rodear a Serab, que se había sentado en su tétrico rincón, como místicos haces encendidos. Lo miraban con curiosidad urente y silenciosa aquellas niñas pálidas y de adusta tristeza, y se mordían la cara interna de los carrillos con sus dientes, "-Que serán de leche-" pensó, humedeciéndose los labios amargos, Serab. Aquellas jóvenes góticas buscaban inmolarse, derramar su subversiva sangre en aquel sótano deprimente, intoxicarse de depravación, humo y las manos grises de Luzbel. Como cada noche.
Ellas lo sabían; él lo sabía. Serab inspiró antes de lanzar la primera dentellada el olor azmizclado de sus pechos.
La lúgubre música de Shining sonaba sobre sus cabezas.
No tardaron mucho en rodear a Serab, que se había sentado en su tétrico rincón, como místicos haces encendidos. Lo miraban con curiosidad urente y silenciosa aquellas niñas pálidas y de adusta tristeza, y se mordían la cara interna de los carrillos con sus dientes, "-Que serán de leche-" pensó, humedeciéndose los labios amargos, Serab. Aquellas jóvenes góticas buscaban inmolarse, derramar su subversiva sangre en aquel sótano deprimente, intoxicarse de depravación, humo y las manos grises de Luzbel. Como cada noche.
Ellas lo sabían; él lo sabía. Serab inspiró antes de lanzar la primera dentellada el olor azmizclado de sus pechos.
La lúgubre música de Shining sonaba sobre sus cabezas.