4 de abril de 2010

Un sofisticado saco

No hay yo mismo.

El escritor está desnudo.

Quiere encontrarse. Ser él mismo.

Quiere roerse los huesos hasta dar con su estilo.

No encuentra nada,

porque no hay yo mismo.

Los hombres, más allá de su palabra y su perfume,

están hechos de sacos desmadejados.

En su pelo lacio; en su ser vertebrado; en su sordera; en sus costillas,

no encontrará la inspiración.

En sus manos no hay nada escrito.

En sus tripas no hay nada digno de ser plagiado.

El verdadero yo del escritor debe estar sepultado por otro yo ficticio,

o escribirá su pelado cráneo por él.


8 comentarios:

Matias Rivera Baeza dijo...

El yo ficticio son las palabras que hablan sobre lo que toca a todos los hombres,no a uno en particular. No tenemos nada escrito en las manos, ya que nada singular somos, sino la variación ad infinitum del mismo repetorio de actos y de sufrimientos y de alegrías...Cambian las circunstancias...cada hombre es una circunstancia...pero la trama es la misma, once and again and again. Y escribir es relatar esa trama, que no es la de nadie en particular, es la de todos...No hay yo mismo...cierto

licaon memento mori dijo...

reconozco una verdad cuando la veo,la hago una creencia propia, pero porfavor, a una verdad no le busques relacion con otra, cada uno somos un caso aparte o una bala perdida, lo se por que me toca ser uno entre tantos. Como los perros, muchos diferentes pero todos saben ladrar

Matias Rivera Baeza dijo...

Todos los perros ladran con distintos tonos, como todos los humanos tienen arrugas diferentes y fisonomías particulares: pero cuando se escribe, lo importante no es el ladrido o la fisonomía "unica e irrepetible", sino aquello a lo que el ladrido se refiere, las experiencias que determinan las arrugas, las acciones que sellan los destinos. Y ese repertorio is the same for everyone. Lo importante al escribir, por ejemplo, de la muerte el amor o el amor a los canes, no es describir lo que "yo, como ser único e irrepetible siento unica e irrepetiblemente" -la finura de lo irrepetible es irrelevante para los lectores, sino gatillar en todo "canine lover" ese amor o esa simpatía hacia los animales. El escritor debe desprenderse del yo mismo, o lo que es igual: al buscar su "yo mismo" en la escritura, termina perdiéndose. Sus temáticas y su pluma se desplazan indefectiblemente hacia un reino del "ello mismo". Aparte, lo "único e irrepetible" en nostoros quizas es importante en otros aspectos como escoger el peinado o la combinación de zapatos y camisa. Yo no impugnaba lo unico e irrepetible que de proyectil tenemos, sólo comentaba lo del "no hay yo mismo" y el escritor...

Matias Rivera Baeza dijo...

fascinante personaje, ese nostoros... sorry quise escribir nosotros

Anónimo dijo...

Nosotros somos nosotros en los otros, así como ellos son ellos en nosotros; aún así, nosotros somos también lo que creemos que hay reflejado de nuestras acciones en los otros, y lo creemos por como son los otros. Tal vez suene complicado, pero en la ciencia, literatura y cualquier manifestación humana en general, palabras más, palabras menos, todos somos la manifestación de una única persona: la historia humana.

LaNieblaesRubia dijo...

Existe un alma colectiva pero segregada. Somos un ínfimo recipiente enraizado en el fondo de un mar único, aprisionando una parte de sus aguas.

Anónimo dijo...

Nos contaminamos al nacer, crecemos creyendo que asi quisimos ser, maduramos pensando que quizás fue lo mejor, y morir sin saber quien eres.
Uno por si mismo no puede reconocerse, ni es tu voz la que oyes ni tan siquiera puedes olerte. Es imposible encontrarse a uno mismo, desde el momento que inicias la busqueda, ya eres otro.

Y lo peor de sentirte ajeno y único, es la sensación de no ser nada. Ámate solo a ti mismo, y a la persona que te permita seguir siendolo.
Solo serán mias estas palabras mientras tu, sepas que lo son.

LaNieblaesRubia dijo...

Te reconocería hasta en la laguna Estigia.